El
vigente campeón de liga encara un nuevo curso. Este año, el alumno
más aventajado del baloncesto nacional sí parece haber hecho los
movimientos adecuados para mejorar una plantilla que la temporada
pasada demostró haber empeorado. Así pues, con las nuevas
incorporaciones, el Barça cubre carencias evidentes y mejora en
posiciones necesarias.
La
columna vertebral es la misma: un Navarro cada vez más lastrado e
intermitente debido a las lesiones, pero que sigue siendo el líder
indiscutible del conjunto azulgrana.
Los
directores de juego seguirán siendo Huertas y Sada, este último
tras pelear una dura renovación de contrato. Se espera que
Marcelinho, en su segunda temporada en el club, demuestre el nivel
para el que se le fichó, pues aunque fue vital en la consecución de
la liga con aquel triple imposible, en poco más ayudó al equipo;
una sombra de lo que fue.
Algunos
dirán que ensombrecido por el monopolio que a veces ejerce Navarro
en la ofensiva azulgrana, pero sin obviar ese factor, el dominio del
pick&roll que practicaba en el Caja Laboral se convirtió en
pobre tras su llegada a Barcelona; sus elecciones fueron erróneas en
demasiadas ocasiones. Hará un año que un Huertas inseguro e
indeciso aterrizó en la ciudad condal, esperemos que en el presente
curso desembarque el Marcelinho que fichamos.
Sada
se ha mostrado rebelde este verano, sabe que es un jugador que no
abunda en Europa, su físico desde la posición de base le da
ventaja, una ventaja que, hay que decirlo, en ataque no sabe
aprovechar. Un jugador tremendamente limitado ofensivamente, pero
pieza clave en defensa para secar a los base/escolta rivales. Veremos
si su paso por la selección, y el papel activo que ha tenido en
ella, le ha servido para crecer en confianza, pues su talento,
escaso, da poco más de si.
Es
en el espacio entre ambos donde situamos a Sarunas Jasikevicius, el
veterano base lituano se une al proyecto azulgrana para fortalecer el
talón de Aquiles que el Barça sufrió el año pasado tras la marcha
de dos grandes tiradores como eran Jaka Lakovic y Gianluca Basile.
Pues con su salida, exceptuando a Navarro, el equipo estaba huérfano
de tiradores fiables desde más allá del 6.75.
Un
regreso tardío a mi entender. El retorno de un rey. Uno de los
arquitectos de una época dorada vuelve al club que siente como suyo
para mostrar que el talento que atesora no envejece. El veterano base
lituano ha demostrado en los JJOO que aún es capaz de hacer jugar,
dirigir y decidir. Los minutos que le dará Xavi Pascual serán
pocos, los suficientes y necesarios para que pueda rendir, a sus 36
años, de la mejor forma posible.
Saras
es un arma nueva para este Barça, no solo por su fiabilidad en el
tiro de tres, sino por su capacidad de coger el timón y enderezar el
rumbo cuando las aguas se muestren más embravecidas.
Rejuvenecer
desde dentro
La
marcha de dos grandes intimidadores como son Fran Vázquez y Boniface
Ndong resta potencial defensivo a un equipo que, en muchos partidos,
vive de él. Veremos como se encaja el golpe de prescindir de
jugadores capaces de vivir por encima del aro, más aún cuando en la
pasada temporada tuvieron partidos sensacionales, en especial Ndong,
convirtiéndose en sustento del equipo.
Pero
las nuevas incorporaciones no tienen nada que desdeñar en cuanto a
talento, un talento distinto; sí. Pero dependiendo de como lo
trabaje Pascual; mejor.
La
primera gran victoria del Barça esta temporada es Erazem Lorbek, un
jugador que parecía perdido rumbo a San Antonio y que han conseguido
convencerle para que desoyera los cantos de sirena procedentes del
Alamo. Lorbek es, probablemente, el 4 con mejores fundamentos del
viejo continente, cuenta con un tiro excelso y un registro de
movimientos que ni su lentitud de ejecución logra lastrarlo
suficentemente como para convertirlo en un jugador fácil de detener.
Veremos
como se adapta al cambio de pareja interior, pues sus nuevos
acompañantes (Ante Tomic y Nathan Jawai) volaran muy raso, casi
tanto como él.
El
robo de la perla croata al conjunto blanco dará mucho de que hablar
esta temporada. Su rendimiento será observado con lupa, en especial
en los enfrentamientos con el eterno rival. A priori, el movimiento
del Barça ha sido muy acertado, pues le quitas al máximo rival su
pieza más doliente, desde tu óptica, para convertirla en azote
blanco. Tomic es un jugador de una calidad técnica gigante, pero
endeble en defensa. Un talento sin techo aún, pero que de mejorar en
garra e intensidad, su techo no está en Europa. Veremos si el severo
Xavi Pascual logra inocular en la sangre del joven talento croata una
pizca de la intensidad con la que juegan sus compañeros. De no ser
así, a Pascual no le temblará el pulso si debe mandarlo al
banquillo.
Nathan
Jawai viene para blindar la pintura, el aborigen australiano recuerda
en juego y cuerpo al heleno Sofoklis Schortsanitis, en sus repetidos
enfrentamientos con el conjunto azulgrana se pudo apreciar que era un
jugador dañino en la zona, muy difícil de defender e imposible de
detener sin mandar ayudas. Veremos hasta donde le respetan los
árbitros, pues es fácil que al mínimo choque se castigue al
voluminoso pívot azulgrana.
Cambio
de jugadores, variaciones del sistema
El
Barça necesitará remodelar su juego tanto a nivel defensivo como
ofensivo pues su renovado juego interior no será capaz de ejecutar
las acciones que tan bien finalizaban Fran Vasquez y Ndong tras
alley-oop de Navarro. Quizá el talentoso escolta pierda capacidad de
asistir. El conjunto azulgrana pierde potencial por encima del aro,
pero lo gana debajo. Los nuevos interiores pueden ser más activos
que sus antecesores. Su juego en el poste bajo, para el que los
equipos rivales necesitarán ayudas, provocará que haya más
espacios, y se podrán conseguir buenas posiciones de tiro con mayor
facilidad que la temporada anterior, eso siempre y cuando el
movimiento de balón sea ágil y, en buena medida, automatizado.
El
Barça aumenta su peligrosidad desde el perímetro con la llegada de
Saras, territorio que el año pasado era coto exclusivo de Navarro.
Vuelve un emblema con capacidad de exaltar y templar el ambiente, un
microondas que puede incendiar el Palau y helar al rival.
Aunque
no todo es bueno, los cambios provocarán que haya más lagunas
defensivas que en años pretéritos, pues con los nuevos interiores
el Barça sufrirá más a la hora de proteger su zona, los exteriores
rivales penetrarán con más asiduidad y convicción, pues el miedo
que infundían Ndong y Vázquez en las cercanías del aro ha
desaparecido. Así pues, las ayudas serán menos intimidantes y por
lo tanto menos efectivas, de esta forma los exteriores estarán
obligados a defender con mayor atención a su par.
Esperando
la eclosión
La
posición más débil del conjunto azulgrana sigue siendo la de
alero, un veterano y castigado Pete Mickael y Joe Ingles como relevo
parecen poco para un equipo que quiere governar Europa, así pues
Pascual debe acceder a premiar con minutos a Xavi Rabaseda y Alex
Abrines. Jugadores jóvenes que atesoran el talento que el Barça
puede necesitar en esta posición. Al joven mallorquín se le compara
con Rudy Fernandez, con el que incluso conserva cierto parecido
físico.
Abrines
es un 2 muy rápido de brazos, con buena mano y capaz de penetrar
cuando es necesario, puede machacar el aro sin problema alguno. Un
jugador que ha demostrado en el Campeonato de Europa sub-20 que tiene
madera de líder, pues suyo fue el triple que dio la medalla de
bronce al combinado español.
A
la vista está que Chichi Creus quiere rejuvenecer la plantilla, pero
está claro que no es tan bueno viendo el talento que aún está por
pulir, que al mismo tiempo es el más barato, del ya hecho y
“explotado”. La espectacular recta final de Pete Mickael en la
serie por el campeonato nacional le hizo tapar su irregular
temporada. Si las lesiones merman el rendimiento de un jugador, ese
efecto se acrecienta en uno de su edad. El binomio que Creus quiso
crear con Chuck Eidson no carburó en ningún momento de la
temporada.
El
Barça quiere hacer nacer de su regazo una estrella, convertirlo en
vitola, en un estandarte que no fue comprado, sino hecho. Buscan al
nuevo Navarro, pero no como jugador, pues “La Bomba” es
irrepetible; quieren un emblema.
El
vacío dejado por Eidson debe ser llenado por Xavi Rabaseda, un
jugador que tiene mucho por mejorar y que, a diferencia de otros,
tiene la capacidad de hacerlo. Xavi Pascual haría bien en restarle
minutos a Joe Ingles para sumarlos al contador del joven alero
catalán.
Defendiendo
la idea de defender
La
defensa es un factor importante en la consecución de los títulos,
muchos entrenadores lo saben e inculcan su libro defensivo a sus
pupilos con el objetivo de reducir porcentajes y provocar errores o
pérdidas en el equipo rival. Xavi Pascual ejerce a la perfección su
sistema defensivo, no en vano ha sido la mejor defensa de Europa en
repetidas ocasiones. Pero siempre me queda el resquemor de pensar que
el Barça tiene demasiada calidad para focalizar y priorizar hasta
tal extremo la defensa para, en ataque, depender de la inspiración
de un, a veces, imparable Navarro. Quizá los cambios en el juego
interior buscan precisamente esto, una mayor variedad ofensiva en
detrimento de empeorar, levemente, la faceta defensiva.
Aunque
conociendo a Pascual, a buen seguro que su intención, ambiciosa, es
mejorar el ataque sin resentir la defensa.
Veremos
si será capaz de conseguirlo.
Conclusión
El
equipo rejuvenece pero pierde poder de intimidación, sacrifica
defensa para un ataque más equilibrado, menos dependiente. Las
opciones de anotar y las formas para hacerlo aumentarán. Habrá más
espacios y deberán saber jugar con ellos, hacer pagar a los equipos
rivales las ayudas que se verán obligados a ejercer sobre Tomic y
Jawai.
Veremos
la adaptación de los nuevos fichajes a la exigencia defensiva que
les pedirá Pascual, y si serán capaces de hacer olvidar, también
en defensa, a sus antecesores.
El
Barça rejuvenece, y por consiguiente su potencial aumenta. Un equipo
con capacidad de mejora cuyo nuevo techo lo van a marcar las nuevas
incorporaciones.