viernes, 1 de junio de 2012

La fundición



El segundo juego entre Miami y Boston se ha saldado con una nueva derrota para los Celtics, pero esta ha sido diferente a la primera.
Los Heat practican un juego demasiado extenuante para los Celtics. Hay un par de equipos que aguantarían mejor ese endiablado ritmo de contraataques y transiciones rápidas que ejecutan los Heat, pero esos dos conjuntos, todos sabéis quienes son, están enzarzados en otro duelo.
Boston planteó mejor el segundo enfrentamiento, lo endureció y protegió su zona de forma más efectiva. Las heridas producidas por las dos ardientes espadas de Miami no fueron tan sangrientas como en el primer partido.
Los Celtics son capaces de resistir bien la primera parte (46-46 en el primer juego y 53-46 en el segundo), pero el desgaste que genera el estilo de juego que impone Miami no es el mismo para ambos. No es proporcional. Los jugadores de Miami pierden frescura, por supuesto, pero no al nivel que lo hacen los Celtics.
Boston necesita darse treguas durante el partido para sostener el ritmo al final del mismo, treguas que Miami sabe aprovechar.



Los desequilibrios son claros y evidentes, ambos conjuntos saben como jugar y como defender para herir al rival. Pero de saber que hacer, a saberlo ejecutar con el suficiente grado de perfección para que sea efectivo hay un abismo.

En el segundo partido de la eliminatoria los Celtics han jugado más duro y han sellado mejor la pintura. Intimidar a LeBron y Wade en el territorio donde más daño pueden hacer les hará perder balones o les obligará a doblarlo a jugadores abiertos. El problema es que si les das demasiada presión a complementos pocas veces usados previamente, lo más probable es que fallen el tiro. Exceptuando el dúo estelar (Bosh está lesionado) sólo Chalmers es capaz de asumir esa responsabilidad y meterla. Miami tan solo tiene un jugador que supera el 40% en triples, Mike Miller se encuentra en un 41.7% , mientras que el segundo mejor triplista, en porcentaje, es Mario Chalmers con un 36.5% . El resto de jugadores no supera el 30% de acierto a pesar de que, muchas veces, tiran completamente solos, o bien antes de recibir tardíos punteos del rival.

Blinda la zona y conseguirás reducir muy mucho el daño que causarán los Heat. Pero la dificultad no reside en hacerlo, lo realmente difícil es mantenerlo. Para realizar ese juego de ayudas tienes que gastar muchas fuerzas en defensa, y ir al choque ante dos bestias físicas como LeBron y Wade es un desgaste añadido. Para realizar ese juego con efectividad necesitas un pivot intimidador que al mismo tiempo sea muy móvil y tenga cierta anticipación. 

A mi me cuesta creer que los Celtics estuviesen interesados en traspasar a Rondo a mediados de temporada, pues es joven, y en su puesto está al nivel de los mejores. “Sólo” debería mejorar el tiro de media/larga distancia para convertirse en uno de los bases más completos de la historia.
Ayer un Rondo superlativo hizo temblar el American Airlines Arena (44 puntos, 10 asistencias, 8 rebotes) incluyendo un 2 de 2 en triples y cogiendo la responsabilidad en los momentos decisivos. Quizá su par tenga parte de culpa, pero Mario Chalmers (22 puntos, 6 asistencias, 4 rebotes) también hizo un buen partido a pesar de no llegar a los números de Rondo (nadie se lo pide), ayudó a mantener las distancias con Boston y fue vital para reducirlas, mediados el segundo cuarto.

Las premisas a seguir son claras. Los verdes tienen que nutrir de balones a Garnett en la pintura, dejar que Rondo marque el ritmo del partido, ser duros en defensa y rápidos en las ayudas/coberturas. Es imposible que con la edad que tienen las estrellas verdes (exceptuando a Rondo) y lo castigados que están con las lesiones, puedan sostener ese ritmo defensivo los 48 minutos de juego, pero sus desconexiones no pueden ser tan evidentes. 

Miami seguirá repitiendo el mismo concepto que lleva practicando toda la temporada, y es que, aunque saben que no es infalible, es el sistema que mejor resultado les da.
Mientras tanto esperarán el regreso de su referente interior, uno de los mejores cuatros de la liga, Chris Bosh. Puede que no lo necesiten para vencer a los Celtics, pero en unas hipotéticas Finales sí que lo necesitarán.

Ahora la serie se traslada a Massachusetts. El Garden es un santuario venerado por sus fieles, pero que se muestra despótico con el rival. La nación verde aguarda ver el sufrimiento y la frustración que provoca esa mítica cancha. Un campo que ha visto colapsar a algunas de las mejores estrellas. Estrellas tan o más brillantes que las de Miami.
En ese “jardín” hay un intangible, un concepto abstracto, un halo especial que el aficionado verde identifica como orgullo. Sea lo que sea, lo que emane de ese templo del baloncesto alimentará a los Celtics, veremos si lo suficiente como para doblegar a los Heat.




En su jardín serán capaces de resistir mejor el sofocante calor con el que Miami asfixia a sus rivales.



1 comentario:

  1. A mi parecer, Boston habría sido el justo vencedor del segundo encuentro, si no fuese por la ayudita arbitral con la que contaron los Heat. O más bien Lebron, porque parecía que mirarle mal era suficiente para que te pitasen falta sobre el.
    Veremos si esta sobreprotección (que por otra parte no les hace falta para ganar) sigue en el garden.

    Un saludo.

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