Haciendo
honor al nombre del blog he creído conveniente que en mi primera
entrada podría hablar de la ciudad donde se encuentra el mayor
numero de estrellas en la tierra, Los Angeles. El equipo angelino
parece no contar con la vitola de favorito, pero en Playoffs serán
más peligrosos de lo que han demostrado en temporada regular.
Sin
lugar a dudas los Lakers se han mostrado bastante irregulares hasta
el momento, las habladurías sobre un posible traspaso de Pau Gasol,
la marcha de Odom y posteriormente de Fisher, la llegada fallida de
Chris Paul (que al final ha acabado jugando en el Staples pero con
una camiseta distinta) y, como no, el cambio de entrenador y el
consiguiente cambio de sistema han sido los principales motivos de
esta irregularidad.
Pero
a pesar de todos estos contratiempos han logrado ser terceros en la
exigente conferencia oeste, y es que cuentan con la pareja interior
más determinante de la liga. Una muralla de 7 pies capaz de taponar
y hacer rectificar muchos tiros, el aro angelino estará bien
defendido en estos Playoffs. Aunque lo verdaderamente temible del dúo
Gasol-Bynum es su calidad ofensiva, los dos serían titulares en
cualquier equipo de la NBA, en muchos incluso serían el jugador
referencia. Pero no en Lakers, ahí hay una estrella egoísta la cual
desprende una cegadora luz que oculta a las demás, un depredador de
títulos que aún sigue insaciable. Kobe Bryant a sus 33 años sigue
siendo un jugador determinante, estrella de un equipo aspirante a
todo y que, en parte gracias al Kobe-sistema impuesto por Mike Brown,
ha aumentado sus números (que no sus porcentajes) respecto la
temporada anterior.
Completan
el quinteto un buen base llegado desde Cleveland, Ramon Sessions y el
díscolo “pacificador” Ron Artest (James Harden no me permite
llamarle World Peace).
En
el banquillo la calidad desciende, pero no lo hace de forma exagerada
respecto a otros equipos potentes de la liga. Steve Blake es un buen
base que si en Playoffs recuperara el nivel mostrado en Portland
sería decisivo saliendo en la segunda unidad, el pandillero
(cariñosamente) Matt Barnes y un jugador de enorme potencial aún
por eclosionar, Devin Ebanks, completan la rotación exterior que
veremos en estos Playoffs. Los suplentes interiores de Lakers ya son
otro cantar, McRoberts y Troy Murphy son un lastre que pocas veces
van a sumar, veremos que puede dar en post-temporada Jordan Hill un
prometedor 4 que los Lakers necesitan que incremente su nivel de
juego, tanto en números como en importancia, para permitir un
respiro a sus torres gemelas.
Los
Lakers no tendrán problemas en deshacerse de Denver cuyo juego
interior es por una parte grande y tosco (Mozgov, Koufos) y por la
otra talentoso y bajo (Faried, Harrington). El único interior que
aúna altura y talento es Javale McGee pero hasta que George Karl no
consiga centrar su cabeza no veremos el tremendo potencial que
atesora.
Aunque
Denver supera a los Lakers en su dupla de bases no merece la pena
mencionar ese desequilibrio puesto que esta eliminatoria se decidirá
en la pintura y aquí la diferencia entre ambos conjuntos es abismal.
Ni
la altitud de Denver detendrá la cordillera rocosa de Lakers.
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