miércoles, 16 de mayo de 2012

Miami pierde algo más que el partido


La presión de los Playoffs no es fácil de manejar, necesitas experimentar qué son para comprender lo que realmente significan. En ellos está la frontera que separa los niños de los hombres, donde se distingue a los buenos de los grandes. El sitio donde nacen las leyendas. 

El joven equipo de Indiana ya saboreó las mieles de los Playoffs el año anterior, donde un mar embravecido les escupió. Ese grupo de jugadores, joven e inexperto, aún no estaba preparado para manejar la presión que se respira en estas lides, pero aquella experiencia les sirvió para madurar y darse cuenta de la abismal diferencia entre un partido de temporada regular y una serie de Playoffs.

A pesar de que empezaron dubitativos y fallones contra, para mi, el equipo más flojo de estos Playoffs, superaron primera ronda. Y, por el momento, no se han dejado cegar por el Sol de Miami. 

A todo esto a aparecido un factor inesperado, la lesión de Chris Bosh. Una baja que si bien no les allana el camino, disminuye la inclinación, casi vertical, de la cuesta que tenían que subir. Su ausencia puede ser importante para el devenir de esta serie y fundamental para las opciones de Miami en su camino hacia el anillo. Las previsiones más optimistas le apartan de la canchas un mínimo de 2 semanas, pronósticos más agoreros sitúan su perdida entre 4 y 6. Los Heat no contaban con este contratiempo. No están preparados para él.

Todos los equipos, incluido Miami, necesitan una referencia interior. En verdad Wade y LeBron pisan la pintura con más asiduidad que Bosh, pero eso en gran parte es gracias a él. Bosh se aleja de la zona obligando a su defensor a hacer lo mismo, dejando el hueco para que LeBron y Wade penetren con mayor facilidad.
Los Heat tienen dos exteriores que monopolizan el balón, que se turnan las posesiones y lo tiros obviando el desequilibrante factor que tienen en la zona. Chris Bosh aguarda impasible a que las dos estrellas le alimenten de balones para que él pueda alimentar al equipo.
El sistema de Spoelstra ha capado el juego de Bosh, lo ha reducido a un complemento más. Su juego se basa en pick & pops o lanzamientos abiertos, rara vez lo buscan en el poste bajo, y aún menos inician la jugada con él. Para Miami Bosh representa una válvula de escape cuando el juego de sus dos estrellas perimetrales está atascado, agotado. Chris Bosh limita su impacto en ataque para beneficiar a Wade y LeBron. Subyuga su juego al de ellos, como todo el equipo, pero la diferencia radica en que él podría ofrecer mucho más. 
No concibo, a pesar de que muchas veces haya sido así, que Chalmers gaste más tiros que el propio Bosh.
En su ausencia es cuando veremos la importancia que tenía (más allá de números) en los Heat.

Miami lleva dos años practicando este juego de contraataques y penetraciones que tan bien explotan Wade y LeBron, y a estas alturas no lo van cambiar, pero sin Bosh la defensa rival se va a comprimir mucho más y si tiradores como Miller y, en menor medida, Battier o Chalmers no están acertados, las penetraciones van a conllevar muchas pérdidas de balón y tiros demasiado forzados, incluso para jugadores como Wade o LeBron. 
Con la pérdida de Chris Bosh pierden una media de 18 puntos y 8 rebotes por encuentro, pero no sólo eso, también pierden una amenaza interior, la única que tienen. 
Sin Bosh, el anillo que ansía el flamante MVP de la competición puede demorarse un año más.

Es evidente que Indiana no tiene las estrellas que tiene Miami, pero compensa esa carencia con algo que los Heat no tienen. Juego en equipo.
La variedad ofensiva de los Pacers no será tan letal, pero es mucho más variada, y eso permite un reparto de responsabilidades más equilibrado que el asumido, desde ahora en su totalidad, por el dúo de los Heat.
Indiana tiene un arsenal más variado que el previsible ataque de Miami, además no tiene las dificultades que pueden tener los Heat en el juego estático. Es un equipo que defiende y en el cual hay más jugadores capaces de anotar. Quizá sus puntas de lanza no sean tan afiladas como las de Miami, pero son más numerosas. 
En la victoria de Indiana sobre los Heat, los Pacers han tenido hasta seis jugadores por encima de los 7 puntos, algo que Miami envidia, pues exceptuando el duo LeBron/Wade, nadie llegó a esa cifra de anotación.

Puede que no respondan, pero el dueto estelar tiene que hacer todo lo posible para involucrar a sus compañeros y jugar un juego más colectivo, deben hacerles más partícipes del ataque, hacerles creer que son importantes para que lo sean. 
Entre ambos han hecho 52 de los 75 puntos de su equipo. Miami ha perdido, y no es de extrañar. Sin Bosh los Heat dependen demasiado de la dupla Wade/LeBron, pero aún así, las hirientes dagas de Miami pueden dañar a los Pacers hasta hacerlos perecer si de su plantilla no emerge un líder que, sin depender de él todo el partido, aparezca en los momentos clave que habrá en la eliminatoria. Si surge un faro que los ilumine, Indiana puede vencer a los Heat. 




La baja de Bosh sería comparable a la de Gasol en los Lakers de los dos anillos, pues sin él no hubieran sido campeones. Y Miami no podrá serlo sin Bosh.



1 comentario:

  1. Buen artículo, ya me gustaría que la prensa escrita que se vende en los quioscos tuviese este nivel.

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