Los
angelinos han recurrido a la épica para remontar una desventaja de
15 puntos mediados el último cuarto, pero no ha sido suficiente.
Kobe no se ha podido vestir de Jordan y, a pesar de los 43 puntos
conseguidos, ha fallado el triple que forzaba la prórroga. Con
anterioridad también erró un par de triples que le hubieran servido
a los Lakers para ponerse por delante, pero seamos sinceros, no
hubieran llegado a esa igualdad final sin él.
Los
de George Karl se han impuesto al equipo angelino y han merecido la
victoria. Comenté en un artículo anterior que esta eliminatoria se
decidiría en el juego interior, y así esta ocurriendo. En las dos
victorias de Denver sus interiores (Faried y
McGee), han ganado sus duelos en la pintura o, por lo menos, han
conseguido reducir el desequilibrio hasta convertirlo en un factor no
determinante. Eso no sólo es mérito de George Karl y sus pupilos,
también es demérito de Lakers.
No
puede ser que Ramon Sessions gaste más tiros que Pau o Bynum, los
Lakers deben explotar su ventaja en la zona. La mayoría de puntos
que consiguen en la pintura vienen tras penetración, Pau apenas
postea y si lo hace es para sacar un fade
away. Los Lakers no utilizan sus 7
pies como deberían. Jugando así benefician a los Nuggets.
Pero
también debemos darle a Denver su mérito. Estos Playoffs los están
jugando realmente bien y están recordando al Denver de principios de
temporada. Para ello hay un responsable máximo, Andre Miller.
Jugadores
de su visión escasean en la liga, los pasadores puros están en vías
de extinción. Es una pena que el altruismo que tan bien representa
Miller desaparezca. El veterano base de Denver (36 años) dio un
festival en el Staples para ser baza fundamental en la victoria
Nugget.
Él
tomó la batuta para que su equipo tocara la mejor sinfonía posible.
En los momentos decisivos no se arrugó y controló las pulsaciones
de su equipo anotando y asistiendo (24 puntos, 8 asistencias). Su
privilegiada visión de juego ha beneficiado muy especialmente a un
pivot que está creciendo en Playoffs, Javale McGee. Un jugador de
ese potencial físico se siente muy a gusto jugando al lado de un
base como Miller. Andre sabe leer cada posición en pista, cada
movimiento de compañeros o rivales. Sabe donde buscar la ventaja o
como crearla, y decide lo que hay que hacer en cada momento con un
porcentaje de acierto muy elevado. La virtud no está en el pase,
está en saber verlo, y en eso Miller es un superdotado.
Me
gustaría saber vuestro parecer, pero a mi entender creo que ha sido
un jugador minusvalorado durante toda su carrera, la NBA no ha sido
del todo justa con su calidad. Por suerte George Karl aprecia a
este tipo de jugadores, él si valora su talento.
Lo
bueno de Denver es que, a diferencia de otros equipos, nadie se cree
la estrella y por eso se hace un juego más grupal, más solidario.
Los Nuggets se reparten la presión y la responsabilidad y eso les
permite jugar más tranquilos, jugar mejor.
Denver
juega con confianza. Si en Colorado consigue más, serán difíciles
de batir en el séptimo.
Tienes razón, a mi Andre Miller siempre me ha parecido un base buenísimo, capaz de hacer lo que le pide un base, dirigir y anotar, aunque quizás se le haya minusvalorado por falta de espectacularidad. Un jugador que con su edad la temporada pasada fue capaz de anotar más de 50 puntos en un partido ya te habla de su calidad. Muy listo, sabe aprovechar muy bien su cuerpo y jugar al poste para anotar o asistir. Su tirito de media distancia a tabla un clásico. Lo que siempre le faltó fue lanzamiento de tres puntos, pero a pesar de todo cuando se retire podrá presumir de haber hecho una más que decente carrera.
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